17 de enero 2021
Un reciente informe de Channoil Consulting, en asociación con Gibson Shipbrokers, sugiere que la perspectiva a corto plazo para el transporte marítimo podría ser una de "menos carbono" en lugar de una descarbonización total.
El informe señala que los operadores de la flota van a tener que cumplir los objetivos para 2050 y los objetivos intermedios para 2030 mediante una cartera de mejoras incrementales, sin contar con una alternativa definitiva.
El estudio revisa las opciones actuales de combustibles alternativos: los que ya están disponibles comercialmente, como el GNL, y los que están en perspectiva, incluyendo el amoníaco y el hidrógeno. También se analiza la introducción de medidas basadas en el mercado para el sector del transporte marítimo, como el sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea (ETS).
Según Channoil: "El consenso para un precio efectivo del carbono para el sector marítimo parece estar en el rango de 100 a 150 dólares por tonelada de CO2e. Creemos que es poco probable que un precio del carbono en el ETS de la UE se mueva lo suficientemente alto como para apoyar la introducción de HVO o FAME en cualquier nivel significativo para el uso marino.
Este sector requeriría su propio enfoque separado, como lo defiende Trafigura. Lo que este análisis nos muestra más claramente, es que el aceite vegetal hidrotratado (HVO) y el éster metílico de ácido graso (FAME) se encuentran entre los combustibles verdes más caros, lo que a largo plazo debería restringir su uso a sectores donde no hay una alternativa viable. El transporte marítimo no es uno de estos sectores a largo plazo".
También plantea eso: "Los inversionistas en una instalación de abastecimiento de GNL o en un buque de doble combustible probablemente consideren un horizonte temporal de 20 años. Una consideración importante será cómo estos activos pueden ser reciclados para su uso con futuros combustibles como el amoníaco y el hidrógeno una vez que estén disponibles a escala y a un precio rentable".
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